Existen dos clases de personas: Las que se sienten tranquilas en su zona de confort, las que no tienen necesidad de moverse de su sitio de siempre, de alejarse de sus comodidades. Después estamos el resto. A los que nos mata la curiosidad y no podemos estar quietos en un mismo lugar, los que a todas horas tenemos la sed de viajar, esa que solo se sacia con sumar a tus experiencias otro rincón más. Para los que el pasaporte significa media vida.

Nosotros sin duda formamos parte de la gente aventurera y arriesgada! Y por eso mismo este año quisimos dar un giro a nuestras vidas y vivir durante un tiempo en otro país, con otra gente y con otras costumbres.

Manteneros al día de todos los sitios que visitamos nos encanta. No hay nada que nos guste más que poder explorar rincones nuevos y compartirlo con toda la gente posible para que se animen a practicar este gran vicio de conocer mundo. Y a los que por una razón u otra no pueden hacerlo, redactamos todas nuestras experiencias para que al menos puedan alimentarse de ellas y en su mente viajar por un instante a estos recónditos lugares.

Ahora bien, la pregunta del millón que muchos os estaréis haciendo: Y como lo habéis hecho?

Pues bien aquí os dejamos la receta por si alguno se anima a kangurear como nosotros.

RECETA :

Añade infinitas cucharadas de ilusión y combínalas con una taza de positividad. Mézclalo bien con valentía y rocíalo con un litro de curiosidad. Déjalo cocer a fuego lento, remuévelo suavemente con un poco de esfuerzo y constancia y finalmente añádele una pizca de dinero.

- Servir con hambre de explorar sin jamás saciarte y con ganas incontrolables de comerte el mundo -

martes, 20 de diciembre de 2016

¿How to come to Australia?



Cuando nosotros emprendimos esta aventura muchos seguro que os preguntasteis: ¿Y cómo lo han hecho? Pues bien, a parte de la receta mágica de la que hablo en nuestra presentación del blog, existen diferentes factores que hacen posible todo esto. Hoy os informo de los pasos que tenéis que seguir si alguien se anima a cruzar el charco. Sobretodo deciros que cuando uno lo piensa parece muy complicado pero en realidad tan solo hay que ponerle ganas, informaros mucho y tiraros a la piscina.

Primero de todo tenéis que tener claro a qué ciudad queréis ir, si buscáis grandes ciudades, o sitios más turísticos, con playa o sin…en fin al gusto de cada uno. Nosotros elegimos Brisbane porque es una ciudad relativamente grande pero no tanto como Sídney o Melbourne y por lo tanto no hay tanta aglomeración de gente, tanto tráfico y los precios de las cosas son más económicos. Además por ubicación es perfecta ya que queda cerca de lugares turísticos como Gold Coast, Sunshine Coast, Byron Bay… y de ese modo el abanico de posibilidades de visitar cada fin de semana sitios diferentes es más amplio. Es cierto que nosotros dudamos un poco por el tema playa, ya que Brisbane no tiene playa en si (a parte de una artificial en el centro de la city que al menos saca del apuro), pero como he comentado antes está a una hora en coche de playas como Surfers Paradise, Burleigh Heads, Noosa… 
Por otra parte nosotros somos muy de calorcito, y sin duda alguna Brisbane por ubicación  tiene mejor tiempo que Sídney y Melbourne. (Aunque no os vendan la moto…aquí también llueve y también refresca muchos días, pero cierto que menos que en las dos anteriores)

Paso dos, cuando tengáis elegida la ciudad, tenéis que pensar que queréis hacer aquí y cuánto tiempo os queréis quedar. Depende de esas dos cosas eliges un visado u otro. (Depende de tu nacionalidad puedes optar a uno u otros y tienes unos requisitos u otros. Informarte bien en la web del gobierno australiano)

Los visados más comunes son:

Turista : eVisitor 651 o Visitor 600 con el que podréis estar en el país 3, 6 o 12 meses pero sin trabajar ya que con este visado sería ilegal. Este visado solo es para viajar o estudiar por Australia pero manteniéndote de tus ahorros.
- eVisitor: Este visado te permite estar en Australia un máximo de 3 meses seguidos durante un periodo de 12 meses. Si quieres quedarte más de 3 meses, puedes salir del país y volver a entrar durante este año. Se solicita online y es gratis.
- Visitor: Este visado te permite estar en Australia un máximo de 3, 6 o 12 meses seguidos. Se solicita online o en papel a través de la Embajada Australiana en Madrid. Depende de la duración tiene un coste u otro, este oscila entre $130 y $335. Para este tipo de visado te requieren la demostración de fondos económicos.

Work and Holiday: Este visado en mi opinión es el ideal si tienes un mínimo nivel de inglés y por lo tanto puedes pasar la prueba de idioma que te piden como requisito (hablo siempre en este caso para españoles, ya que depende de un país u otro requieren este test o no). Además uno de los requisitos principales también es tener estudios superiores.
Esta visa, te permite trabajar a jornada completa durante un año entero de manera legal (aunque no más de 6 meses con la misma empresa) y a la vez si te interesa, también puedes estudiar, aunque un máximo de 4 meses.
Por otra parte, sólo se puede solicitar una vez en la vida y debes tener entre 18 y 30 para poderla pedir.
Ésta es mucho más económica que la Student visa, costando tan solo 440 dólares más el seguro médico que escojas. Te ahorras por tanto el valor del curso que es mucho dinero. A parte te permite trabajar jornada completa y así ahorrar mucho más para visitar el país; siempre y cuando la idea principal sea esa y no estudiar.
Estas visas se hacen online, salen una vez al año y hay que estar atentos ya que son limitadas y están muy solicitadas.

Estudiante: Este visado te permite estudiar un mínimo de 3 meses (12 semanas). Tu visado pues durará lo que dure tu curso, que puede ser uno de inglés o uno vocacional, desde 3 meses a los que quieras, hasta un máximo de 4 años si por ejemplo quieres hacer una carrera universitaria.
Con este tipo de visado puedes estudiar a la vez que trabajas, pero solo te permite trabajar 20horas semanales mientras estudias y en la época de vacaciones sí que se alarga a jornada completa.
El precio de este visado depende de diferentes factores: El visado cuesta unos 550 dólares, a esto se le tiene que sumar el precio del curso que dependerá de cual sea y que duración tenga (por ejemplo de 6 meses de curso unos 3000 dólares) y después el seguro médico obligatorio que son unos 50 dólares mensuales.
Para esta opción puedes hacer el visado también online y contactar directamente con las escuelas o solicitar información en las diferentes agencias que hay por internet, ellos te ayudan a tramitar todo sin ningún coste (Las escuelas le pagan a ellos una comisión por traerte, por eso mismo si eliges esta opción, pide información en diferentes agencias y compara).
Con este tipo de visado también existe el visado de estudiante de pareja (partner), con el que puedes ahorrarte mucho dinero si venís dos. Esta es la opción que elegimos David y yo y es que es perfecto para personas casadas y no hay muchos requisitos ya que únicamente tienes que  presentar certificado de matrimonio y cuentas bancarias conjuntas. Por el contrario, las parejas que no tienen este compromiso legal, y que se consideran “pareja de hecho”, deben mostrar evidencias y documentación que soporte su relación.
Con este visado los dos de la pareja tienen permiso de trabajo, uno de los dos es el titular de la visa y cuando esté inicie el curso los dos podrán trabajar 20 horas semanales en periodos de estudio y 40 horas semanales en vacaciones. Para los que eligen cursos más completos y cualificados, por ejemplo de universidad, se les permite que la pareja trabaje a jornada completa.
Con la visa partner, se tendría que sumar solo un curso, el precio de dos visados  y el seguro médico de pareja que eso sí que es más caro que si fueras solo, oscilando a 200 dólares mensuales.
En todos los visados de estudiante te conceden permanecer en el país los meses que dura el curso más los de vacaciones, que normalmente por cada tres meses de estudio te dan uno de vacaciones.
Aconsejable solicitar este visado unos cuatro meses antes de venir a Australia.

Y bien, cuando ya te has informado, has escogido visado y has aplicado a éste por ti mismo o a través de una agencia, toca esperar a que te lo concedan, que depende de cual sea tarda más o menos, lo normal es máximo un mes.

Una vez visado aprobado y todo el papeleo acabado toca la mejor parte, buscar vuelo para la gran aventura.  Rastrear en los mejores comparadores de vuelos de internet y esperar a que salga una buena oferta, sin más. Los vuelos de España a Australia, solo ida, suelen rondar los 700-800 euros con una escala, por persona, pero depende mucho de la temporada.

Ahora sí; ya con visado en mano, matricula del curso realizada, seguro médico pagado y vuelos comprados, solo queda tener paciencia y empezar la cuenta atrás. Coge tus maleas y empieza a llenarlas, que cuando menos te lo esperes llega el gran día.


QUERER ES PODER 


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domingo, 18 de diciembre de 2016

Bribie Island


Como cada fin de semana, nosotros no paramos quietos y esta vez queríamos explorar otro lugar pero con un poquito de relax. La verdad es que este ritmo de currar a tope entre semana y disfrutar a lo grande empieza a pasar factura así que después de pegarnos un sábado a la bartola sin hacer el huevo, el domingo nos levantamos otra vez con las pilas recargadas y con ganas de relajarnos en la beach.
Cogimos nuestro coche, fiel compañero de aventuras, y nos dirigimos a Bribie, la única isla en Queensland conectada al continente por un puente. En coche se tarda una hora y poco en llegar, desde Brisbane.
La mayor parte de esta isla es parque nacional deshabitado, un 85% es toda naturaleza. El extremo sur es el que esta edificado, con hermosos caserones a lo Bervely Hills, amarrados enfrente de cada uno su bonito yate.





Cuando llegamos, con los 30 y pico grados a nuestras espaldas, nos pusimos a pasear a lo largo de la playa de Woorim para sentir la calma del lugar. Había muy poca gente, así que pudimos pasear tranquilamente por la orilla y escuchar las olas del mar. Es el lugar ideal para desconectar del ruido, del bullicio de la city e impregnarte de paz. Y os aseguro que nosotros los conseguimos, las imágenes hablan por sí solas.





Woorim está en la costa oriental de la isla, la que da a fuera, por eso mismo es la más conocida y reclamada para los amantes del surf y la diversión. Aunque sinceramente, yo la encontré súper tranquila y con una de las aguas más calmadas que he visto hasta ahora.
Después nos dirigimos con coche al otro extremo de la isla, a la costa occidental, la playa de Bongaree, playa más dedicada a familias y niños, con barbacoas, instalaciones para picnic y áreas de juegos para los más peques. También es playa de pescadores. 





A nosotros sin duda nos gustó mucho más Woorim, mucho más salvaje y con aguas mucho más azules, así que después de pasearnos por Bongaree, de explorar también una pequeña parte del parque nacional, nos fuimos al restaurante top de la comida rápida, nuestro querido Mcdonald, y nos compramos la comida. 
Estábamos empapados, hacia muchísima calor y el cuerpo nos pedía un baño a gritos, así que con nuestro Mcmenu en mano nos volvimos a Woorim, nuestro paraíso aquel día.
Allí extendimos nuestra toalla gigante, nos llenamos el estómago, nos refrescamos y nos pegamos la siesta del año...casi dos horas disfrutando de sol y playa, eso sí que vida! (Dato muy importante, en Australia siempre crema solar! El sol es demasiado fuerte y antes de llevarnos un susto mejor evitar sorpresas y empaparnos d protección). Aun así, nos levantamos cangrejo total...


Para acabar ese redondo día, nos fuimos a White Patch, una explanada increíble más al Norte y desde allí pudimos contemplar uno de los mejores atardeceres. Es maravilloso caminar por el agua, mientras observas el sol caer enfrente de ti. Las barquitas quedaban en medio de esa imagen de postal y sin duda alguna se creó el momento más mágico del día. Me hubiera quedado allí horas, pero la realidad se  hizo presente y nos recordó que el lunes tocaba madrugar. 






Así que nos subimos en nuestro coche con la intención de dar por finalizada la experiencia en Bribie pero... Oh no! aún quedaba la mejor parte de todas!!! Por fin nuestros ojos pudieron ver canguros salvajes! Allí, delante de nuestro coche, estaban dos bicharracos de 2 metros mínimo comiendo a sus anchas. Nos impactó muchísimo verlos en su hábitat natural, y no pudimos aguantar las ganas de bajarnos del coche e ir hacia ellos. No os creáis que iba yo muy segura sabiendo que me sacaban tres cabezas, pero pudo más la emoción. Como era de esperar, nos observaron y cuando vieron que nos acercábamos con dos saltos los perdimos de vista.. Corrimos tras ellos pero imposible seguirlos, aun así, vivimos un gran momento y como dice David: pa' la retina! 



Ahora sí, volvimos para casa, cargados de felicidad y con un día espectacular a nuestras espaldas. 

 Los lugares que no son tan conocidos también te roban el corazón...




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viernes, 16 de diciembre de 2016

National Park Springbrook - Natural Bridge

El Parque Nacional Springbrook está situado a unos 96 kilómetros al sur de la ciudad de Brisbane, esté forma parte de la zona de Patrimonio Mundial del Bosque Lluvioso de Gondwana y una de sus cuatro secciones se conoce con el nombre de Natural Bridge.

El domingo por la mañana, para ser más concretos a las 7am, quedamos un grupo de amigos para ir a visitar el Natural Bridge, una zona muy conocida en el estado de QLD y donde en diferentes foros y páginas de internet habíamos oído hablar de él como una gran maravilla (para mi gusto demasiado bombo para lo que realmente es) 
Una vez reunido todo el grupo iniciamos la excusión desde Spring Hill, nuestro suburbio. Tardamos aproximadamente  1;20h en llegar y a la hora prevista comenzamos nuestra ruta hacia la famosa cueva Natural bridge.

El recorrido es relativamente corto hasta llegar allí y cuando por fin vimos la cascada rompió todos nuestros esquemas, esperábamos mucho más la verdad, por todo lo que había podido leer y ver sobre este lugar; cabe destacar que es un sitio bonito pero no impactante. También nos sorprendió que te sancionaban si te metías dentro del agua con una multa de hasta 300 dólares si no recuerdo mal, hacía mucho calor y humedad pero no quisimos correr el riesgo y saltarnos las reglas. La decisión después de verla y hacer el corto recorrido alrededor de ésta, fue clara, visitar otras zonas de este inmenso parque nacional .Pensamos visitar los demás puntos de interés y  volver aquí al anochecer, ya que lo bonito de este sitio es observar  cuando cae el sol a los llamados glow worms, gusanitos brillantes o gusilus que es como los llamamos la mayoría (Más adelante detallaré más sobre estos curiosos animales).

Volvimos a los coches y nos fuimos al siguiente punto: Purling Brook Falls (Tengo que puntualizar que es una excursión que tienes que hacer con coche, no es posible ir andando de un punto a otro porque las distancias son muy grandes). De camino vimos un bonito lookout desde arriba de la montaña y nos paramos, como íbamos algo desorientados preguntamos información de la zona a un auténtico Australiano que hacía figuras y otro tipo de artesanía por allí, era muy amable, y nos dio un mapa de toda la área. Seguimos hasta el punto donde queríamos pasar gran parte del día, el lugar mencionado anteriormente. Al llegar, estaba muy lleno, había diferentes rutas para poder visualizar los diferentes miradores, al empezar la ruta tienes dos caminos; uno de unos 100 metros para ver la cascada desde arriba, con unas impresionantes vistas a toda la montaña. 


Este es un precioso lugar, porque hay tantos árboles y vegetación que la vista no llega a alcanzar el final del parque; el segundo camino de 4 Km era de descenso y te llevaba a la parte inferior de la cascada donde ahora si te podías bañar. Al llegar a la poza de la cascada dos de los nueve que éramos fueron inteligentes y se quedaron refrescándose, el resto quisimos explorar y seguir 2,5 Km más para ver que había. Llegamos a un sitio muy bonito, era otra parte del río donde también podías refrescarte y descansar. La verdad no nos metimos al agua por miedo, había una anguila gigante y vete a saber que más. Aprovechamos ese sitio que era fresquito para comer, ahora sí toca explicar una de las anécdotas del día. Después de aquella caminata la comida se me había olvidado en el coche, ya os podéis imaginar la cara de Sandra y la que me cayó a mí, pero por suerte todos los de nuestro grupo repartieron su comida con nosotros. Todavía no sabía la falta que me haría que repartieran su comida y os explico porque. 

Después de relajarnos un tiempo decidimos volver, yo como soy tan precavido quise hacerlo por el mismo camino que llegamos, pero algunos de los miembros del grupo quisieron arriesgar por otro camino, que según ellos por los carteles que habían visualizado, llegaban al mismo punto de partida mucho más rápido. Tuve que aguantar risas y que era miedoso y poco aventurero, conforme nos adentrábamos en el bosque seguían las risas y el cachondeito, no soy un explorador pero por la dirección que íbamos no me cuadraba, cada vez me parecía que no alejábamos más y más. Después de llevar  1;30h caminando y ahora si perdidos por el bosque, las risas se transformaron en momentos de tensión y cambiaron lo momentos de cachondeo por rostros serios y de preocupación, dudamos muchas veces en volver o seguir… pero la decisión de las chicas fue seguir, habíamos avanzado mucho, estábamos agotados para volver atrás, se nos estaba acabando el agua y no teníamos cobertura en el móvil, miramos el mapa que nos dio el hippie Australiano pero es un parque con miles de hectáreas donde es imposible orientarse sin conocer la zona. Decidimos apagar un móvil por si llegaba la noche y como si de una película se tratara empezamos a pensar como podíamos salir de ese maldito laberinto. Miramos donde había alguna zona despoblada de vegetación y desviándonos del camino salimos a una carretera a 10 Km de donde se habían dejado los coches. En ese momento de medio alegría por haber salido del bosque se juntaba la angustia de como ahora llegar al principio. Aquí sí que lo tuvimos claro, hacer autostop. En Australia la gente es muy hospitalaria y enseguida paro un coche y se ofreció a llevarnos. Hay que resaltar que el hombre había bebido bastante y se estaba tomando una cerveza, bueno y a la velocidad que tomaba en las curvas, eso sí que era aventura. No sabía si era más peligroso estar perdido o ir con un desconocido que conducía borracho, pero en esos momentos solo pensábamos en llegar a los coches. Una vez allí, como solo pudimos ir dos, quedaba volver a por el resto del grupo que esperaban en la carretera medio desvanecidos.  Todos reunidos otra vez, era hora de recordar que había aun dos más del grupo en la cascada bañándose, sin cobertura y sin ser conscientes de lo que nos había pasado, sé eran ellos, los más inteligentes. Volvimos a por ellos pero no habían subido al parking aun y nosotros tuvimos claro que no volvíamos a caminar. 

Mientras pues, decidimos aprovechar el tiempo, olvidar lo que había pasado y fuimos con coche a un mirador llamado Canyon Lookout, aquí sí que hay que decir que las vistas eran espectaculares. Delante de nuestros ojos se podía ver Gold Coast y un poco de Byron Bay, todo eso con una mezcla de vegetación y montañas que aún lo hacían más impactante. Desde allí se podía observar también las Twins Falls a la derecha y enfrente la Rainbow Fall; ésta última con un arcoíris que cruzaba la cascada impresionante. De vuelta, muy cerca de aquí, fuimos a otro mirador : All of best Lookout, muy parecido al anterior. En este mirador pudimos contactar con los otros del grupo por fin; ellos ni se imaginaban la que se había liado en un momento. Una vez todos juntos y con el objetivo de acabar con un buen sabor de boca el día, nos fuimos  de nuevo a la cueva Natural Bridge, donde se encuentran esos increíbles gusanos que se iluminan por la noche. 

Estos animales solo son originarios de Nueva Zelanda y Australia, por lo que es una de las cosas más famosas de ver en este lugar. Aprovechamos mientras anochecía para hacer fotos  y cuando el sol desapareció pudimos contemplar  las luces de color azul que los hacen resaltar en la oscuridad. También había infinidad de murciélagos que volaban alrededor nuestro. Después de estar casi 1 hora visualizando en silencio aquel fenómeno de la naturaleza, retrocedimos hacia donde estaban aparcados los coches para ahora sí, volver a casa.



Lo más importante no es el lugar donde estés, sino con quien lo compartas



Nota importante: El Natural bridge tiene mucho nombre pero realmente, para mi gusto, no es un lugar muy impactante, aunque si bonito de ver. Cuando merece la pena es al anochecer. Poder estar a oscuras en la cueva y ver como poco a poco está se empieza a iluminar por esos gusanos es lo que hacen del sitio algo realmente especial.

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